lunes, 29 de diciembre de 2014

LA LLAMA INESPERADA...



Corrí hacia el sur de tu mano, de tu sonrisa cómplice,
corrí hasta extenuarme para caer sin aire
en manos del amor.
Me dejé los harapos colgados en tu nombre que ya,
no me hipnotiza; quise sentir la lluvia
sin un techo,
quise sentir el sol,
sin vestimenta,
quise sentir el dios
sin el pecado...y anduvo por mi piel su pisar suave
como lo hiciste tú (te abrí mi puerta).
El tren me compadece en tu fotografía,
el mar me acuna sobre su ola más convexa,
el sur me atrae como luz a polilla...
Revoloteo loca, soy casi temeraria y la llama
que trae destellos del pasado,
se me posa en el ala,
me la incendia, así carbonizada mi libertad de vuelo
vuelvo a mirar la luz, la traicionera
mostrándole mis dientes, mis ojos más abiertos
mis laceradas piernas, mis manos de turquesas
que recogen mi voz en el gramófono y suena
la perorata inmensa de amarte:
"me llama el sur amor, llámame desde el sur amor,
mi llama del amor del sur, llama mi llama el sur de amor..."
El sur me abre en un surco de estrellas y amuletos
donde danzan sabores, repujados de cueros, barbas de hombre,
que me anidan los ojos y solo se decir: sur amor, sur el nombre.
Mis pechos se adoquinan, y suben a los barrios sacrales
por el monte, mis cabellos titilan como crines erguidas
de puras sangres negras que a galera condenan mi amor
en puro grito, así grito, grito sur y proclamo tu peso en mi cintura.


Daniela Bartolomé