Vestimos a los gatos con
cuatro garabatos, fumamos un
café y nos tumbamos en lo alto.
Creímos que salía, la luna al
mediodía, y nos pusimos gafas
para nuestra correrías.
Zarpazos de deseos
nos inundan por los belfos
y maullámos al amor.
Atamos el orgasmo por su cola
de rata, a nuestro cascabel
tintineando en nuestra cama.
Bigotes relamidos
por un punto cardinal
que se llama...¡mIAU!
Daniela Bartolomé