Vestimos a los gatos con
cuatro garabatos, fumamos un
café y nos tumbamos en lo alto.
Creímos que salía, la luna al
mediodía, y nos pusimos gafas
para nuestra correrías.
Zarpazos de deseos
nos inundan por los belfos
y maullámos al amor.
Atamos el orgasmo por su cola
de rata, a nuestro cascabel
tintineando en nuestra cama.
Bigotes relamidos
por un punto cardinal
que se llama...¡mIAU!
Daniela Bartolomé
latiapoeta.poetia
Poemas y dibujos de Daniela.
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miércoles, 8 de julio de 2015
martes, 17 de marzo de 2015
EN...
EN
VE
NENA
MIENTO...
Estoy en el camino de afrontar ya
tu duelo.
Iracunda y terrible. Las palabras
se agostan en mi garganta seca
que por no pronunciar, da alaridos de hiena.
Se asocia con mis manos la blancura
en camisas, que abotonan futuros
en los que no estarás.
El recuerdo me quiebra,
tu sonrisa me quiebra,
tu beso de Judas me entierra
(una vez más).
Discurren las disculpas como serpientes lentas
dejándome el veneno en cristal de bohemia,
¡ y yo no lo quería...!
me lo bebo en un sorbo
silencioso, letal.
Va viviendo los días el silencio acostado,
la atalaya de ojos que se pierde
en el mar y naufraga a tus pies,
a tu orilla sin manos, que me deja morir,
sin siquiera parpadear.
Daniela Bartolomé
VE
NENA
MIENTO...
Estoy en el camino de afrontar ya
tu duelo.
Iracunda y terrible. Las palabras
se agostan en mi garganta seca
que por no pronunciar, da alaridos de hiena.
Se asocia con mis manos la blancura
en camisas, que abotonan futuros
en los que no estarás.
El recuerdo me quiebra,
tu sonrisa me quiebra,
tu beso de Judas me entierra
(una vez más).
Discurren las disculpas como serpientes lentas
dejándome el veneno en cristal de bohemia,
¡ y yo no lo quería...!
me lo bebo en un sorbo
silencioso, letal.
Va viviendo los días el silencio acostado,
la atalaya de ojos que se pierde
en el mar y naufraga a tus pies,
a tu orilla sin manos, que me deja morir,
sin siquiera parpadear.
Daniela Bartolomé
lunes, 9 de marzo de 2015
NO DÍA DE LA MUJER
mano con eme dibujada en la piel con rotulador negro por Daniela Bartolomé |
Día de la mujer.
Me alejo de este bullicio extraño,
que me salpica con sus carteles, su publicidad
las felicitaciones por ser mujer.
Y yo nací así, mujer, lo soy veinticuatro horas al día.
todos los días del año…como las otras.
Y sé que a veces, no te gusto, cuando te digo:
“no decidas por mí”
o cuando me ves resuelta a intentar
lo que me niegan una y otra vez
o me maldices cuando tengo razón, y
no te acato (si no la tengo tampoco
nada se hace por fuerza,
¿o sí?)
o pensando que me mantienes
con el sudor de tu frente
o cuando simplemente
no me entiendes…
no se trata de “el ritmo al que respiras”
ni se trata de sexo ni de géneros…no.
Tod@s
respiramos y nos corre
sangre por las venas y acaso…un fortuito
tiro nos puede matar.
Daniela Bartolomé
miércoles, 25 de febrero de 2015
OFERTA DE EMPLEO
Nueve horas al día
En una panadería
Sábados, domingos y fiestas de guardar
Sin vacaciones, no te vayas a pensar,
Esto es para deslomar
por quinientos euros que te van a pagar
Tu puto trasero debes levantar
De las jodidas siglas del Pan Pan Pp
Pan Pan muere
Pan
Alguna habrá que lo tenga que aceptar
Para que sus hijos tengan en la mesa pan
Pan Pan Pp
Pan Pan muere
Pan
El sexo femenino sobre el que carga brutal;
El machismo, el integrismo, el yihadismo…
Pan Pan muerta
Pp
Pan muerta pan
Muerta
lunes, 2 de febrero de 2015
Entre hierro nos amamos
y su plata, incandescente,
se me posa como
pájaros.
Se oye un grito ronco
y mugen,
las bestias en el establo.
¡Luna mía! Amada
inmensa
que me prometes
martillo
y yo, te prometo el clavo.
El que ha
de unirme a tu estela,
en mi entraña, bien clavado.
Circúndame con tu
abrazo,
hialino y constelado,
para que no me corrompa
el tiempo, invisible y raro.
¡Luna, Luna! Haremos
noche
y amanecer de brocado.
Daniela Bartolomé
martes, 6 de enero de 2015
PRIMER PREMIO V CERTÁMEN DE RELATOS DE MUJERES, GURE IZARRAK (BERRIZ)
CALCETINES
CON DEDOS Y CHOCOLATE PICANTE.
“Voy
a subir un punto la calefacción, para nada quiero que se sienta frío en casa.
Aún falta media hora, pondré el agua a hervir y prepararé la bandeja con la
tetera y los vasos. Me pondré cómoda. El chándal verde y los calcetines de
dedos, que son bien calentitos.”
Me
entretuve mirando las rayas de colores de mis calcetines de dedos, roja, verde,
gris con brillantina, un dedo azul, otro lila, otro naranja. Estaba nerviosa
por la cita que, si era puntual aparecería a las cuatro, y aquel arco iris en
mis pies me hipnotizó por unos segundos, colorista, y me evadió de ese
nerviosismo.
La
semana anterior me regaló la caja y un día entre semana estuvimos tomando algo y
charlando. Me habló de él: sus gustos, la escritura, sus poemas, está enamorado
de los Pirineos, de cuando niño, cuando
adolescente…
¿Qué
quiso decirme en aquel despliegue de confesiones? o ¿solo fue un fino trabajo
de narcisismo? Yo en mi papel de aprendiz de bruja, le regalé un trozo de
estalactita, envuelta toscamente en un pañuelo de papel. Somos dos cabras de
enero, de días consecutivos, nos gustan las piedras, más con forma de montaña,
hay una palabra importante en nuestras vidas (sobre todo en la suya), control.
Nuestras madres, desconocidas entre ellas, Amparo, nos “amparan” a ambos. Me
regaló parte de su alma en una caja y…son mi debilidad, además de un lugar
donde se pueden esconder pedacitos de uno, en conserva. El chocolate nos gusta,
hasta lo pecaminoso. Las cuatro. Un timbre. No me da tiempo a enviar el
ascensor privativo. Está en la puerta y le invito a entrar.
-¡Ven,
sígueme! la sala al fondo del pasillo.-
-¡Qué
cómodo el sofá!- dijo.
-¿Un
té con canela?- Respuesta afirmativa, el aroma a canela llena la estancia. Degustamos
el té sorbito a sorbito. Aparece una caja negra con ocho trufas de diferentes
sabores, dos a dos. Las recubiertas con un imperceptible polvillo rojizo son
picantes. ¡Qué explosión! Las tomamos de la boca del otro. Lamidas. Exquisitez
digna de… ¿diosas? Diosas.
Las
cuatro y veintidós segundos, ¿otro timbre? Entreabro los ojos con dificultad,
apago la alarma machacona que me retrotrae a algo gustoso. Un hilillo de baba
me ha surcado el carrillo, que me limpio para afrontar el turno.
Me
desperezo, me atuso el uniforme, me llevo puesta la sonrisa que me queda de ese
sueño casi real y pienso: “a las pacientes les vendrá bien…” tuerzo por el
pasillo de la cuarta planta. Oncología.
ëFINë
Daniela Bartolomé
lunes, 29 de diciembre de 2014
LA LLAMA INESPERADA...
Corrí hacia el sur de tu mano, de tu sonrisa cómplice,
corrí hasta extenuarme para caer sin aire
en manos del amor.
Me dejé los harapos colgados en tu nombre que ya,
no me hipnotiza; quise sentir la lluvia
sin un techo,
quise sentir el sol,
sin vestimenta,
quise sentir el dios
sin el pecado...y anduvo por mi piel su pisar suave
como lo hiciste tú (te abrí mi puerta).
El tren me compadece en tu fotografía,
el mar me acuna sobre su ola más convexa,
el sur me atrae como luz a polilla...
Revoloteo loca, soy casi temeraria y la llama
que trae destellos del pasado,
se me posa en el ala,
me la incendia, así carbonizada mi libertad de vuelo
vuelvo a mirar la luz, la traicionera
mostrándole mis dientes, mis ojos más abiertos
mis laceradas piernas, mis manos de turquesas
que recogen mi voz en el gramófono y suena
la perorata inmensa de amarte:
"me llama el sur amor, llámame desde el sur amor,
mi llama del amor del sur, llama mi llama el sur de amor..."
El sur me abre en un surco de estrellas y amuletos
donde danzan sabores, repujados de cueros, barbas de hombre,
que me anidan los ojos y solo se decir: sur amor, sur el nombre.
Mis pechos se adoquinan, y suben a los barrios sacrales
por el monte, mis cabellos titilan como crines erguidas
de puras sangres negras que a galera condenan mi amor
en puro grito, así grito, grito sur y proclamo tu peso en mi cintura.
Daniela Bartolomé
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